Saberes del bosque

El alma silvestre de nuestra tierra
Antes de que llegaran los mapas, ya existÃa un lenguaje entre los hombres y la selva. Un lenguaje de cantos de aves, de pasos sigilosos en la hojarasca, de frutos que se ofrecen sin pedir nada a cambio. En la región San MartÃn, y especialmente en Lamas, la flora y fauna no son paisaje: son parientes. Son parte del tejido espiritual que sostiene nuestras costumbres y sabidurÃas. El otorongo que no se deja ver, la orquÃdea que florece solo una vez al año, el árbol que cura y el ave que guÃa… Todos son memoria viva, todos son testigos del origen.
Entre rÃos y bosques habitan jaguares, guacamayos, delfines rosados y monos, especies emblemáticas que sostienen el equilibrio natural.
La selva peruana alberga árboles gigantes, palmeras y plantas sagradas, fuente de alimento, madera, medicina y refugio para la vida silvestre.
Con saber ancestral, curanderos usan plantas como ayahuasca, uña de gato y sangre de grado para sanar cuerpo, mente y espÃritu.
La selva no se observa: se escucha, se respira, se honra.
Porque cada hoja guarda un secreto y cada animal silvestre es una historia que aún no ha sido contada.
