Santa Rosa Raymi
Santa Rosa Raymi es una de las festividades religiosas y culturales más representativas de la selva peruana. Es la versión propia y local de la devoción a Santa Rosa de Lima, profundamente enraizada en la Comunidad Nativa Kechwa del Wayku, en el distrito y provincia de Lamas, región San Martín. A diferencia de las celebraciones urbanas de la santa limeña, esta festividad adquiere una dimensión única al integrar elementos simbólicos, sociales y espirituales de la tradición indígena selvática.
La festividad es organizada y vivida exclusivamente por los pobladores del Wayku, descendientes directos del pueblo chanka que migró hacia esta región durante el periodo de expansión incaica. Si bien la figura de Santa Rosa fue introducida con la colonización y el proceso evangelizador, las comunidades nativas del Wayku (y otras del Alto y Bajo Huallaga) la acogieron y resignificaron, manteniendo hasta hoy una celebración distinta y con fuerte identidad. No se organiza por barrios como en otras ciudades, sino por clanes familiares identificados por apellidos ancestrales.

Santa Rosa Raymi se celebra cada año durante el mes de agosto, siendo el 30 de agosto la fecha central en honor a Santa Rosa de Lima, canonizada en 1671 por el papa Clemente X. Las actividades inician varios días antes y se extienden más allá del día principal, en una serie de actos que combinan procesiones, danzas, música y rituales comunitarios. En total, las celebraciones pueden durar hasta una semana, dependiendo de la programación establecida por la comunidad.

Celebración viva del pueblo kichwa del Wayku
La festividad comprende una mezcla de expresiones religiosas y culturales propias del pueblo kechwa-lamista. La imagen de Santa Rosa recorre el Wayku en procesión, vestida con ropa tradicional de mujer lamista, acompañada por bandas, comparsas y los distintos clanes familiares. Durante la fiesta se realizan:
- La “plateanada” (entrega de platos de comida tradicional entre familias y visitantes)
- La “masateada” (preparación y distribución de masato como bebida comunal)
- Danzas típicas como la Kajada, ejecutada por adultos mayores en honor a la caza, con tambores “tabaraca” y pífanos (instrumentos de viento)
- Las Carachupas, danza donde los participantes se disfrazan con hojas de plátano seco imitando a animales del bosque
El cierre tradicional con el Pato Tipina, una danza y juego colectivo con fuerte carga simbólica.

Más allá del componente religioso, esta festividad refuerza los lazos comunitarios, la memoria colectiva y la reafirmación de una identidad que ha sabido conservar sus raíces pese a los cambios. Es una expresión viva de cómo una comunidad indígena ha reinterpretado la devoción católica desde su propio lenguaje cultural, convirtiendo a Santa Rosa en símbolo de protección, respeto y continuidad espiritual.




